Prefacio
Mi nombre es Lehai, soy un ángel hembra descendiente del ángel que
señala toda la verdad, Asariah.
Me
he atrevido a intentar escribir mi relato de un amor imposible, la única manera
de dejarlo grabado de alguna manera en este mundo, bueno empecemos por el
principio.
Yo
acababa de cumplir doscientos años de vida, mi familia me había preparado una
gran fiesta en mi honor, justo es la mayoría de edad entre los nuestros, esa
edad es la indicada para poder empezar con nuestra misión en la vida, la mía
iba a ser convertirme en un ángel guardián, uno de los cargos más deseados por
muchos de los nuestros.
Todo
fue estupendamente durante todo el día, la fiesta fue genial, y recibí varios
regalos celestiales impresionantes, como unas botas blancas altas de tacón muy
fino con cristales de swarovski en un lateral, eran hermosos hasta morir.
Bueno
volviendo al tema, todo fue genial hasta que llego la noche, mi primo Hazel y
su amigo Claud empezaron a retarme a ir a la tierra, había que echarle narices,
ya que estaba prohibido terminantemente ir allí si no era con un encargo, te
jugabas el destierro o algo peor, pero como ellos sabían, me era imposible no
aceptar un reto que ponía en duda mi valentía, y por mi estupidez y poca
madurez todo mi mundo se iba a ver envuelto en una gran espiral de pasión,
dolor, amor y sufrimiento.
Esa
misma madrugada, me dispuse a llevar a cabo una gran aventura, fui a la sala
donde estaba la puerta interdimensional, la que me llevaría a la Tierra. Cuando
mi pie izquierdo pasó por la puerta una gran mano me agarro del hombro
impidiéndome que me metiera del todo. Me di la vuelta y el corazón se me
encogió, el guardián de la puerta tenía cara de pocos amigos, me habían
pillado.
Me
arrastro hasta la sala del Gran Jefe, Nathael, uno de los ángeles más
poderosos. Era increíble que recién graduada y con mi mayoría de edad me
hubieran pillado en una travesura, a veces pensaba que en vez de ser
descendientes de ángeles lo era de demonios, y ahora tendría que asumir las
consecuencias.
Nathael
me miro con cara de pocos amigos, y mis piernas temblaron haciéndome parecer un
flan.
- Lehai, estoy muy decepcionado contigo, creí que con tu reciente madurez dejarías tus aventuras de lado.
- Lo siento Nathael, pero yo….
- No quiero excusas me tienes saturado de
ellas, ya no se como hacerte entender que aquí en el paraíso no hay sitio para
tus ideas descabelladas. Y esta es la ultima vez que te advierto, la próxima seras expulsada de inmediato convirtiéndote en una simple mortal, ¿entendiste?
- Si Nathael.
- Pero no te creas que te vas a marchar
de rositas de aquí, es hora de que pagues las consecuencia de tus actos. Teníamos pensado para ti un encargo muy especial, una niña hermosa y muy
especial, pero por tu naturaleza……como decirlo…..gamberra, te voy a asignar un trabajo que espero que te haga sentar la cabeza. Tu asignación sera un hombre
un poco particular, un hombre con una esperanza de vida muy corta, le quedan
apenas unos meses de vida, unas 8 lunas llenas.
- ¿Solo 8 meses? Pero eso es muy poco
tiempo, yo esperaba el estar con mi protegido muchos años.
- Silencio Lehai, no te quejes no estas
en posición de hacerlo. No discutas mis decisiones, ¿acaso crees que no son las
correctas?
- Perdone Nathael, no quería hacerle
pensar eso, actuare como usted me ordene.
- Eso espero porque todabia no termine.-
Solo de pensar lo que se me venia encima mi nerviosismo aumentaba.-Este hombre
al saber de su inminente muerte a dejado la vida de lado y vive deprimido
hundido en su propia miseria, tu seras la encargada de que este hombre viva sus últimos meses feliz y disfrutando de la vida.
- Una pregunta Nathael.
- Dime.
- ¿Cómo voy hacer que un hombre que sabe
que por mucho que intente vivir su muerte esta cerca, quiera disfrutar del
tiempo que le queda? Si yo fuera humana también me hundiría en un depresión.
- Como lo consigas es tu misión averiguarlo,
pero si tendrás unas reglas que no podrás incumplir, estas reglas no solo te
las aplico a ti, si no a todos los ángeles de ninguna manera puede haber ni el
intento de una relación amorosa entre tu y tu protegido, no solemos poner ángeles hembras al cuidado de un hombre, ya que los hombres humanos suelen ser
un poco promiscuos pero en tu caso haremos una excepción puedes ser su amiga,
su confidente, incluso tener lazos de cariño fraternales con el, pero aunque el
se te insinué no puedes caer en la mayor debilidad del hombre, la pasión si
caes inmediatamente pasaras a ser humana, tus alas desapreciaran para siempre,
a la vez que tu inmortalidad, y nunca podrás volver al paraíso, nunca jamas.
- De acuerdo Nathael, en eso no tienes
que preocuparte.
- Si me preocupo, porque cuando un ángel oculta sus alas para poder ser vistos por humanos, solemos ser impredecibles y
podemos caer en los vicios de la humanidad.
- ¿Ocultar mis alas?
- Piensa Lehai para poder acercarte a ese
hombre tienes que presentarte como humana o saldrá corriendo al verte las alas.
- De acuerdo Nathael, cuando empiezo.
- Esta
misma noche empieza la primera luna.

