jueves, 26 de septiembre de 2013

Castigo Divino - 1º Luna

El encuentro
       Era de noche, y como siempre paseaba por el parque buscando encontrarme con mi protegido, llevaba una semana intentando encontrarle y sin resultados, si seguía así perdería la primera luna y sin ningún avance en mi encargo.
            Después de hablar con Nathael fui inmediatamente llevada al mundo de los humanos con una nueva identidad, para poderme hacer pasar por una de ellos. Nathael me dijo que todas las noches el paseaba por este parque, que debía encontrarle en el menor tiempo posible, y cuando le pregunte como era y como se llamaba me dijo que lo averiguaría en su momento, que cuando lo tuviera cerca de mi notaria que era él, por lo que me encontraba muy perdida.
            Mi impaciencia empezaba a dar signos en mi temperamento, esa misma mañana había hecho estallar todos los cristales del edificio donde vivía,
            No podía fallar en esto o si no estaría asignada al más bajo trabajo entre los ángeles, el papeleo de oficina.
            Ya cansada de esperar algo en mi pecho me freno, estaba sintiéndole, el por fin estaba allí, pero algo malo estaba ocurriendo.
Me deje guiar por mi corazón hasta que en medio de una arboleda apartada del parque le vi.
           Estaba tumbado en el suelo parecía dormido, había serenidad en su cara, su pelo negro le cubría la frente, sus labios demasiado carnosos para ser reales estaba entreabiertos, tenía una mandíbula cuadrada, esculpida por ángeles, una barba de dos días cubría su hermoso rostro.
          Parecía que todo estaba bien pero mi instinto decía lo contrario, me acerque a él, y toque su hombro para despertarlo pero no se movía, busque sus signos vitales y eran muy débiles, se estaba muriendo y no lo podía permitir.
            Toque su corazón con mis manos, mire alrededor vigilando que nadie nos estuvieran viendo, al ver todo desierto cerré los ojos y me concentre, me concentre en el poder de los ángeles una gran bola de fuego que habitaba el centro de nuestro pecho, cerca del corazón, la visualice poco a poco en mi mente, y con mis sentidos extraje un poco de poder de mi centro de poder, obligándolo a llegar a las palmas de mis manos para concentrarlo en el alma de mi encargo, una ligera luz ilumino por segundo su cuerpo hasta que sentí que su respiración iba más fuerte al igual que sus latidos.
            El problema que al recibir mi poder no despertaría hasta dentro de unas horas, me lo tendría que llevar conmigo a mi apartamento, no lo podía dejar ahí tirado, no podía perderle ahora que lo había encontrado.
      Volví a mirar a mi alrededor para cerciorarme que estábamos solos, después me teletransporté con él, cuando llegamos le deje tumbado en mi cama no sin antes descalzarle y quitarle la chaqueta, debajo de ella llevaba una camiseta blanca ajustada al cuerpo y no pude dejar de admirar el pecho musculoso que se adivinaba bajo ella, extrañamente me sentí caliente donde nunca lo había hecho.
            Pero aleje inmediatamente esos pensamientos de mi cabeza era algo que nunca podría volver a imaginar, porque solo me traerían problemas. Problemas muy serios.
       Hasta la mañana siguiente mi humano no se despertó, yo me había quedado dormida en un pequeño sillón cercano a la cama, me desperté al sentir unos ojos extraños sobre mí.
- Hola por fin te despiertas – le dije mirándole directamente a los ojos.
- ¿Quién eres? ¿Y qué hago aquí?
- Ayer te encontré en el parque te habías desmayado, y te traje aquí hasta que te despertaras.
-¿Y en vez de llamar a una ambulancia traes a un extraño a tu casa que ni siquiera sabes cómo reaccionara al encontrarse en un lugar que no conoce?  Creo que no ha sido muy inteligente de tu parte.
-¿¿¿Pero cómo te atreves??? ¡¡¡Después de haberte ayudado para que no te congelaras en medio del parque!!!¿¿¿Qué tenía que dejarte casi moribundo allí para que te murieras??? – dije encolerizada – Encima te crees con la capacidad de insultarme sin ni siquiera conocerme
-Tranquila “bella” 1 no quise insultarte solo me pareció algo irracional el hacer algo así. Pero si me hubieras dejado morir me hubiera dado igual te lo aseguro.
-Nunca debe dar igual el vivir o el morir, la vida es un regalo muy preciado para que no nos importe.
-  Es un regalo cuando uno no tiene fecha de caducidad.
- Todos tienen fecha de caducidad, está en nuestro destino el tiempo que debamos vivir, no por eso hay que despreciar cada momento de ella, además se debería de apreciar mas cada instante cuando la fecha de nuestro fin es más cercana de lo que pensábamos.
-Buena filosofía de vida “bella” pero no todos pensamos así.
- Los que no piensan así de verdad son muy estúpidos. Pero desgraciadamente hay muchos como tú. Y por cierto déjame de llamar “bella” n0 nos conocemos para que tengas esas confianzas.
- Si no nos conocemos es porque todavía no me dijiste quien eres.
- Mi nombre es Lehai.
-Lehai, nunca había oído un nombre como ese. ¿De dónde eres?
- De muy lejos, ahora te toca a ti decirme tu nombre.
-  Ángel.
Era como una broma del destino, o de mi supervisor, tenía que ayudar a alguien que estaba destinado a convertirse en lo que se llamaba, en un ángel.
Cuando un niño era honrado con ese nombre estaba destinado a ser uno de nosotros cuando muriera pero para eso debía ser puro  de alma el día que su vida terrenal se apagara. Eran ángeles semipuros, porque no habían nacido así, si no como mortales, a estos seres le eran encomendados un humano, cuando ese humano moría los ángeles semipuros renacían de nuevo como mortales, una segunda oportunidad para vivir.
- Yo creo que debería marcharme ya, estoy abusando de tu hospitalidad – dijo Ángel interrumpiendo mis pensamientos.- si me dejas ir un momento ir al baño me marchare en seguida.
-Si quieres puedes ducharte cuando salgas te tendré hecho el desayuno, tienes que coger fuerzas antes de marcharte.
- No hace falta de verdad ya desayunare cuando llegue a mi casa.
- Insisto, quédate por lo menos hasta que comas algo.
-Vale, gracias Lehai, solo dame un café, con eso me basta.
- En el baño hay toallas limpias, te traeré ropa de mi hermano que se dejo en su última visita, creo que te servirá.
-No hace falta pero gracias de nuevo.
Cuando por fin cerró la puerta del baño hice aparecer encima de la cama unos pantalones y una camiseta, ya que no tenía ningún hermano. Me fui a la cocina y también hice aparecer un desayuno para dos muy americano, tostadas, zumo, huevos, bacón, croissants, y café bien negro. Y aunque tuviera que obligarlo se comería hasta la última miga.
Cuando salió ya estaba vestido, con el pelo húmedo era mucho más guapo, miro la mesa de la cocina como si yo me hubiera vuelto loca.
-Creo que has exagerado un poco ¿no?
-No después de haberte encontrado como te encontré ayer, anda come después te llevare a tu casa.
-Si mama. –su boca se arqueo en una medio sonrisa que había alumbrado su cara, tenía que lograr que volviera a sonreír por completo, y que la sonrisa le llegara a los ojos también. Tenía que conseguir aquella maravilla no solo por él, si no por mí, tenía la necesidad de verle feliz.
En el desayuno estuvimos hablando de cosas sin importancia, antes de lograr mí objetivo tenía que lograr que confiara en mí y eso podría ser lo más difícil.
Debía pensar un plan, algo para meterme en su día a día, algo con lo que estuviera prácticamente las 24 horas con él, y se me estaba ocurriendo la idea perfecta.
Le lleve hasta su casa que por casualidad estaba a dos calles más allá de la mía.
-Mañana te llevare la ropa que me has prestado, gracias por todo “bella”.
- Te dije que no me llamaras así.-cada vez que me decía bella mi cuerpo era sacudido por un estremecimiento.
-  Lo siento es mi sangre italiana.
-   ¿Eres italiano?
- Medio italiano mi padre era de allí. Bueno me tengo que ir a llamar a mi madre estará preocupada. Mañana te llevare la ropa.
-  Vale no te preocupes. Adiós.- Me di la vuelta y me aleje planeando mi próxima jugada.
-“Bella”- me di la vuelta exasperada.-Gracias de nuevo.
- De nada.- y me marche.




1 – “bella”: Bella en italiano.(bel-la)





domingo, 22 de septiembre de 2013

Inquietudes

En mi mano una flor,
en mi pecho un sentimiento,
en mis ojos una lagrima,
en mis labios una palabra.

Una palabra muerta,
una lagrima seca,
un sentimiento silenciado,
una flor con pétalos marchitados.

En mi cama un vació,
en mi mente una recuerdo,
en mi garganta un grito,
en mi oído un sonido.

Un sonido callado,
un grito atrapado,
un recuerdo encerrado,
un vació deshabitado.

Sentimientos callados,
abandonados, malhumorados,
sentimientos desgarrados,
en mi alma, en mis manos.

Flores que no se abren en primavera,
hojas que no caen en otoño,
nieve no derramada en invierno,
calor que no sofoca en verano.

Mentiras encerradas en verdades,
miedos guardados en valentía,
felicidad enlazada en agonía,
quietud vista en  movimiento.

Palabras con significados incorrectos,
afirmaciones ocultando negativas,
sosiego en la inquietud,
enfermedades saludables.

Sentimientos contradictorios,
paradójicos, absurdos,
sentimientos intoxicados,
ponzoñosos, equivocados.

Sentimientos que gritan,
que ensordecen a la sensatez,
que se enfurecen sin aviso,
desequilibrando a la calma.

En mi mano un corazón marchito,
en mi pecho un vació demente,
en mi mente una idea cegada,
y en mi alma la inexistencia.




martes, 20 de agosto de 2013

Castigo Divino - Prefacio

Prefacio
 Mi nombre es Lehai, soy un ángel hembra descendiente del ángel que señala toda la verdad, Asariah.
 Me he atrevido a intentar escribir mi relato de un amor imposible, la única manera de dejarlo grabado de alguna manera en este mundo, bueno empecemos por el principio.
 Yo acababa de cumplir doscientos años de vida, mi familia me había preparado una gran fiesta en mi honor, justo es la mayoría de edad entre los nuestros, esa edad es la indicada para poder empezar con nuestra misión en la vida, la mía iba a ser convertirme en un ángel guardián, uno de los cargos más deseados por muchos de los nuestros.
 Todo fue estupendamente durante todo el día, la fiesta fue genial, y recibí varios regalos celestiales impresionantes, como unas botas blancas altas de tacón muy fino con cristales de swarovski en un lateral, eran hermosos hasta morir.
 Bueno volviendo al tema, todo fue genial hasta que llego la noche, mi primo Hazel y su amigo Claud empezaron a retarme a ir a la tierra, había que echarle narices, ya que estaba prohibido terminantemente ir allí si no era con un encargo, te jugabas el destierro o algo peor, pero como ellos sabían, me era imposible no aceptar un reto que ponía en duda mi valentía, y por mi estupidez y poca madurez todo mi mundo se iba a ver envuelto en una gran espiral de pasión, dolor, amor y sufrimiento.
 Esa misma madrugada, me dispuse a llevar a cabo una gran aventura, fui a la sala donde estaba la puerta interdimensional, la que me llevaría a la Tierra. Cuando mi pie izquierdo pasó por la puerta una gran mano me agarro del hombro impidiéndome que me metiera del todo. Me di la vuelta y el corazón se me encogió, el guardián de la puerta tenía cara de pocos amigos, me habían pillado.
   Me arrastro hasta la sala del Gran Jefe, Nathael, uno de los ángeles más poderosos. Era increíble que recién graduada y con mi mayoría de edad me hubieran pillado en una travesura, a veces pensaba que en vez de ser descendientes de ángeles lo era de demonios, y ahora tendría que asumir las consecuencias.
 Nathael me miro con cara de pocos amigos, y mis piernas temblaron haciéndome parecer un flan. 
-  Lehai, estoy muy decepcionado contigo, creí que con tu reciente madurez dejarías tus aventuras de lado.
-     Lo siento Nathael, pero yo….
- No quiero excusas me tienes saturado de ellas, ya no se como hacerte entender que aquí en el paraíso no hay sitio para tus ideas descabelladas. Y esta es la ultima vez que te advierto, la próxima seras expulsada de inmediato convirtiéndote en una simple mortal, ¿entendiste?
-    Si Nathael.
-  Pero no te creas que te vas a marchar de rositas de aquí, es hora de que pagues las consecuencia de tus actos. Teníamos pensado para ti un encargo muy especial, una niña hermosa y muy especial, pero por tu naturaleza……como decirlo…..gamberra, te voy a asignar un trabajo que espero que te haga sentar la cabeza. Tu asignación sera un hombre un poco particular, un hombre con una esperanza de vida muy corta, le quedan apenas unos meses de vida, unas 8 lunas llenas.
-  ¿Solo 8 meses? Pero eso es muy poco tiempo, yo esperaba el estar con mi protegido muchos años.
-     Silencio Lehai, no te quejes no estas en posición de hacerlo. No discutas mis decisiones, ¿acaso crees que no son las correctas?
-  Perdone Nathael, no quería hacerle pensar eso, actuare como usted me ordene.
-   Eso espero porque todabia no termine.- Solo de pensar lo que se me venia encima mi nerviosismo aumentaba.-Este hombre al saber de su inminente muerte a dejado la vida de lado y vive deprimido hundido en su propia miseria, tu seras la encargada de que este hombre viva sus últimos meses feliz y disfrutando de la vida.
-   Una pregunta Nathael.
-     Dime.
-   ¿Cómo voy hacer que un hombre que sabe que por mucho que intente vivir su muerte esta cerca, quiera disfrutar del tiempo que le queda? Si yo fuera humana también me hundiría en un depresión.
-  Como lo consigas es tu misión averiguarlo, pero si tendrás unas reglas que no podrás incumplir, estas reglas no solo te las aplico a ti, si no a todos los ángeles  de ninguna manera puede haber ni el intento de una relación amorosa entre tu y tu protegido, no solemos poner ángeles hembras al cuidado de un hombre, ya que los hombres humanos suelen ser un poco promiscuos  pero en tu caso haremos una excepción  puedes ser su amiga, su confidente, incluso tener lazos de cariño fraternales con el, pero aunque el se te insinué  no puedes caer en la mayor debilidad del hombre, la pasión  si caes inmediatamente pasaras a ser humana, tus alas desapreciaran para siempre, a la vez que tu inmortalidad, y nunca podrás volver al paraíso, nunca jamas.
-   De acuerdo Nathael, en eso no tienes que preocuparte.
- Si me preocupo, porque cuando un ángel oculta sus alas para poder ser vistos por humanos, solemos ser impredecibles y podemos caer en los vicios de la humanidad.
-    ¿Ocultar mis alas?
- Piensa Lehai para poder acercarte a ese hombre tienes que presentarte como humana o saldrá corriendo al verte las alas.
-  De acuerdo Nathael, cuando empiezo.
- Esta misma noche empieza la primera luna.

Entre nieblas.

 Mi corazón te llama, grita tu nombre,
necesita de ti, pero tu no estas,
necesita de tus caricias, pero no se las das.
Entre nieblas me encuentro, en tinieblas estoy,
desde que te perdí no te encuentro,
eras mi mundo y contigo mi mundo desapareció.
Creí no enloquecerme al no tenerte,
pero en mis sueños apareces,
entre nieblas vienes a mi,
mientras tu cuerpo bajo tierra esta.
Me acaricias, me amas,
me dices que todo esta bien,
que guarde calma,
pero cuando te toco mi mano te traspasa.
Me doy cuenta que entre nieblas no estas,
eres una niebla mas, una que nubla mi mente,
mi alma llora por ti, por tu espíritu,
un espíritu que me atormenta en mis recuerdos.
Me rozas con tus dedos, pero no los siento,
solo una fría brisa que congela mi piel,
quieres agarrarte a mi pero solo estremeces mi cuerpo.
Te amo, pero no es sano tenerte así,
tu ya no debes estar aquí, no por mi,
quiero que te vayas y te grito.
Veo tu cara traslucida llorar,
y cada lagrima convertirse en una niebla mas,
vete y déjame aquí, sufrir por ti,
sufrir por que te perdí y no te dejo venir a mi.
Si el amor sangrara,
el mio habría perdido cada milímetro de sangre,
y aunque te marches,
siempre te querré aunque te diga adiós.
Entre nieblas me dejas, entre tinieblas desapareces,
en la oscuridad me encuentro,
no me importas donde estés,
nunca te perderé, por que siempre te amare.

Principe Oscuro


La noche cubría como un manto la ciudad, no habían estrellas, ni siquiera la luna se había dignado a aparecer. Era tarde y casi no se veía un alma en la calle, un vagabundo acostado en un rincón, algún coche pasaba por la carretera a toda velocidad, un borracho apoyado en una farola, y yo saliendo de trabajar después de hacer horas extras que no iban a ser pagadas.
  El silencio me hacia temblar las piernas, no me gustaba estar a esas horas por la calle, y menos después de leer en el periódico que varias jóvenes habían aparecido casi muertas en varios callejones de la ciudad.      Aunque todas se habían recuperado, había quedado trastornadas mentalmente. No me apetecía encontrarme en una situación similar.
 Solo mis tacones y alguna sirena de policía y ambulancia se escuchaban en esa oscuridad, y por mucho que intentara correr mis zapatos nuevos no me lo permitían, maldita la hora que decidí ponerme los zapatos nuevos que que había comprado la semana anterior, por ser tan presumida me había comprado unos zapatos rojos con un tacón de 12 cm, si llego a saber que me tenia que quedar hasta tan tarde en la oficina me hubiera puesto unos zapatos mas bajos o planos.
  Aunque estábamos a mediados de Julio unos escalofríos recorrieron mi espalda, mi piel se erizo como la de un gato cuando presiente el peligro, empece a andar mas rápido, sentía que alguien me perseguía, no solía ser miedica, pero en este momento estaba que me moría de miedo, tenia un nudo en la boca del estomago.
  Mire para atrás aunque sabia que no era lo mas conveniente, pero no vi nada, antes de volver a mirar hacia delante me tropecé contra un muro haciéndome caer de culo, cuando mire contra que me había chocado, vi que no era que si no quien, enfrente a mi había un hombre altísimo, con mi metro setenta y cinco con tacones no debía de llegarle mas allá del hombro, su pelo era negro al igual que sus ojos, su mandíbula parecía que había sido cincelada por un escultor griego, era guapo a rabiar, pero tenia una belleza que atraía pero daba a entender que había peligro, sus hombros eran anchos como los de un luchador, vestía totalmente de negro con un traje de chaqueta, parecía un príncipe árabe, un príncipe oscuro.
  Me ofreció su mano para levantarme, y aunque algo en mi decía que corriera le di la mano sin apenas indecisión, me levanto como si yo fuera una pluma, me tuve que agarrar a el para no caer, y no se como sus manos acabaron alrededor de mi cintura, le mire a los ojos hipnotizada, tenia una mirada profunda y enigmática, tenia frente a mi . un depredador, un hombre al que le llovían las mujeres por doquier, se le notaba en la seguridad de macho que desprendía.
- ¿Esta bien señorita?
  Su voz fue como una descarga eléctrica para mis sentidos, era una locura pero estaba excitada como nunca en mi vida había estado.
-¿Señorita? -Un rayo de lucidez hizo que me desprendiera de el.
- Perdone, ¿me había preguntado algo?
- Si que si se encontraba bien. La veo un poco perdida.
- Lo siento, estaba un poco asustada.
-¿Por mi?
- Esto... no, disculpe de nuevo bueno es que sentí que alguien me seguía.
-No debería estar sola a estas horas, la ciudad se esta volviendo peligrosa.
- Si lo se, pero salí tarde de trabajar - por que me daba tanta confianza ese desconocido - pero no estoy lejos de mi casa. Y gracias por ayudarme a levantarme. Bueno...esto...buenas noches - y me dispuse a irme.
-Espere, si quiere le acompaño hasta su portal por si no era solo un presentimiento que la seguían.
-No se si debería... al fin al cabo no le conozco.
-Lo se pero si hubiera querido hacerla algo ya lo hubiera echo, ¿no cree? estamos completamente solos en la calle.
  En vez de que sus palabras me asustaran me resultaron tan sensuales que mis piernas temblaron de emoción.
- De acuerdo solo vivo a tres calles de aquí.
  Caminamos unos metros, en donde se había instalado un silencio aterrador, aunque este hombre me atraía como un imán a la vez ese sentimiento se mezclaba con algo de miedo, era tan enigmático y misterioso, que había momentos que me llenaba de pánico.
-¿Como se llama? -dije rompiendo el hielo.
- Black
- Yo soy...
- Déjeme adivinarlo, su nombre es Sofía.
- ¿Que? ¿Como lo sabe?
- Tiene cara de princesa y que mejor nombre para una princesa que Sofía - no me lo creí del todo pero estaba sorprendida por que me había dicho que parecía una princesa.
- Bueno muchas gracias por acompañarme, aquí es donde vivo. - le dije señalando mi portal.- Mi hermana me tiene que estar esperando. - Ni siquiera se por que le dije eso, no se si era para que supiera que no estaba desprotegida o algo así.
- Una pena tenia la esperanza de que me invitaras a subir. -Me lo dijo penetrándome con la mirada.
  Quería decirle que no, pero algo en mi interior me empujaba ha decirle que si, me sentía mareada y aprisionada por su oscura mirada. Me sentía hipnotizada pero algo me gritaba que dijera que no.
- Mi hermana esta en casa, no puedo...
- ¿Y si hablamos un poquito en el portal antes de que te vayas a casa?
- Mmmm, no se...
- Sabes que quieres, tienes una necesidad de pasar un tiempo conmigo.
  Su mirada fue aun mas profunda y ya no me pude negar, pero en vez de solo dejarle entrar en el portal , le deje entrar en mi casa.
  Justo al cerrar la puerta tras de mi, el se giro y me cogió en sus brazos dándome el beso mas ardiente que nunca me habían dado. Mientras su lengua jugaba con la mía, yo saboreaba cada segundo, su beso sabia a miel y a especias.
- Donde esta tu habitación. - mientras me cogía en brazos y yo embobada le señale la puerta.
  Al entrar me dejo en el suelo, y empezó a desnudarse ante mi como si ya lo hubiera echo miles de veces antes. Su chaqueta callo con su camisa y sus pantalones,  quedo completamente denudo, su visión hizo que me sentara encima de la cama, mis piernas estaban temblando, solo con ver su cuerpo en todo su esplendor ya me hacia llegar al éxtasis, su pecho tenia una ligera capa de bello, bello negro y oscuro que bajaba hasta su entrepierna donde ese bello doblaba su tamaño, pero lo que había ahí acunado era impresionante, era enorme para cualquier mujer, de solo verla me entro el pánico.
- Mírame princesa - le mire sin duda -no tengas miedo cariño no te haré daño. Te juro que esta experiencia no la olvidaras nunca. Ahora mi amor desnúdate para mi.
  Su orden fue como un resorte para mi, me levante y desnude en apenas unos segundos. Quería ser suya, eternamente suya. Me tumbo e. la cama y me beso en lugares que desconocía que pudieran besarse. Por fin me tomo y me hizo ver que el paraíso existía. Cuando mi cuerpo creía que no se podía sentir mas placer, mi mundo estallo en mil estrellas. Su boca estaba en el cuello, era un vampiro y estaba bebiendo de mi y en vez de estar asustada, me sentí pletórica llena de energía y de placer.
  Cuando finalmente termino de beber y de hacerme el amor mi consciencia fue cayendo en un profundo sueño no sin antes de besarle por ultima vez saboreando mi sangre en su boca.
- Adiós princesa gracias por esta noche maravillosa.
  Y caí en la oscuridad, pensé que a lo mejor estaba muerta, que habría tomado mucho de mi dejándome seca. Y todo, mi alrededor despareció.
  Cuando desperté creí que todo había sido un sueño, pero una rosa negra estaba junto a mi almohada con una nota.
Nunca te olvidare, tu príncipe oscuro

  El era real, y siempre me perseguiría en mis sueños incluso podía sentir cuando el pensaba en mi, al fin al cabo mi sangre estaba dentro de el.

martes, 9 de julio de 2013

Sola y desalmada

Es una noche oscura, la luna se esconde y no se ve ninguna estrella, las pocas farolas con luz parpadean dando una sensación de que algo terrible va a pasar, una noche perfecta para que mis ansias sean por fin aplacadas.
Camino buscando a mi presa, pero solo veo unas pocas prostitutas con pintas de drogadictas, no son un buen bocado, necesito lo mejor, necesito la sangre mas espesa y deliciosa que pueda encontrar.
Si, lo han adivinado soy una vampiresa, pero no una vampiresa normal, si no una princesa de hace 1.800 años, por defecto mi gaznate no acepta otra cosa que no sea sangre de categoría.
Fue encerrada y encadenada bajo tierra por desangrar todo a un pueblo, pero no pudieron comprender que mi acto fue empujado por una inesperada sed de principiante, no me convertí por decisión si no a causa de una violación por un vampiro, pero claro no podía conformarse con matarme, si no que me convirtió en un igual, a lo que le expuso a la muerte mas horrible y dolorosa para un vampiro.
Solo podemos morir si nos sacan el corazón y lo apuñalan con una estaca, y eso les aseguro que fue lo ultimo que hice. Y no quieran saber los detalles.
Aunque mis recuerdos me llevan muy atrás en el tiempo mi instinto esta buscando a la victima perfecta, sigo recorriendo las calles oscuras, he llegado a una zona residencial, mi olfato capta por un leve segundo un delicioso olor pero lo pierdo en seguida, me paro en cada puerta para olisquear, en dos de ellas me da la tentación de entrar, hay bebes, y la sangre de bebe es un manjar, pero reprimo mis impulsos, durante el tiempo que entube encerrada me jure a mi misma no volver a morder a ninguna criatura menor de 18. En honor a los hijos que nunca podre tener.
¡Lo encontré! hay esta ese olor, que placer me da solo sentir su esencia. Estoy parada enfrente de una hermosa casa de dos plantas. Hay una persona dentro, para mas información un hombre, un sudor oscuro se mezcla con el olor de la sangre.
Llamo a la puerta, un hombre demasiado apuesto para ser real me abre, me mira de arriba a abajo, voy completamente desnuda, es imposible que su mirada no se clave en mi, tengo que entrar en su casa, en su dormitorio, en su cuello, ya se, me desmayo ante el.
Me coge entre sus brazos y me tumba en el sillón, escucho como corre a través de la habitación, y después un grifo, me imagino que estará en la cocina. Aprovecho para echar un vistazo a mi alrededor, se que esta solo no noto la presencia de nadie mas. Pero veo fotos de el con una mujer, una foto de boda, pobrecita su mujer pronto se quedara viuda.
Se lo que estarán pensando pero comprendan que no tengo alma, no puedo sentir compasión.
Se acerca, sigo fingiendo, me humedece la cara con un paño, el cuello, siento como su excitación crece, me roza el pecho pero enseguida se aparta de mi. Tendré que despertar.
Abro los ojos y le miro, le miro tan fijamente que se hipnotiza, hago que se acerque a mi, le acaricio la mandíbula fuerte y cuadrada, tiene unos ojos azules en donde si me despisto me perderé en ellos, tiene media melena ondulada y oscura, oscura como la noche. Su boca es jugosa y endemoniadamente bella, en sus mejillas se ve la sombra de unos hoyuelos, hacia siglos que no veía hombre igual, sentí un calor intenso en mi bajo vientre, me estaba poniendo a mil y solo era mirándole.
Pero había algo mas que me atraía de el, y era la vena que palpitaba en su cuello con fuerza, llamándome, exigiéndome que bebiera de ella.
Le acaricie la zona donde mis dientes le iban a perforar, antes de acabar con su vida, necesitaba besarle, sus labios eran calientes, sabia a cerveza y tabaco, su lengua jugaba con la mía, sus manos empezaron a jugar con mi cuerpo, no hubo parte de mi que no explorara acariciándome. Le arranque la ropa de cuajo y me monte encima de el, mientras le hacia mio mis colmillos salieron reclamando su sangre, ya no podía esperar mas.
Le atravesé la piel llegando a su vena, su sangre fluyo por mi boca, deleitándome, llevándome a la locura, estaba deliciosa, mientras bebía de el llegue al clímax, era un placer unir la pasión mortal con la sangre.
Bebí y bebí hasta que sentí su cuerpo flácido, su corazón dejo de palpitar impidiendo que su sangre dejara de recorrer sus venas, que desperdicio hombres tan grandes y con tan poco aguante.
Bueno no me queda otra que seguir mi camino sola y desalmada.

Por: Jessica Segura

El primer paso

Hola a todos, bueno se me ha ocurrido crear este blog para compartir con el mundo las fantasías que a tantos nos gusta plasmar con palabras, no solo yo quiero poner mis relatos, os animo a todos a mandarme el  que queríais y así poderlo añadir a este blog.
Quiero crear un espacio donde todos podéis contar vuestras fantasías e historias, me da igual de que genero, somos muchos los que escribimos ya sea por afición, pasión o profesión y este espacio es para todos ustedes.
Les dejo el correo donde pueden mandar sus historias unpasoalafantasia@gmail.com.
Otra cosa se que yo sola no podre hacer esto realidad es que si alguien quiere unirse como administrador/a solo avísenme please. 

Un Beso

Att: Jessica Segura